El presidente de la Asociación Española de Profesionales de Automoción (ASEPA), Francisco Aparicio, fue el encargado de presentar este estudio el pasado el 4 de julio en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de la UPM. A lo largo de sus 194 páginas se explica el impacto del uso de los distintos combustibles y tecnologías de propulsión (propulsión térmica -gasóleo, gasolina, gas natural y GLP-, vehículos eléctricos e híbridos y mediante pila de combustible) en las emisiones de gases de efecto invernadero y de contaminación del aire.
Los vehículos eléctricos, a medio y largo plazo
Las principales conclusiones que se han revelado en el estudio son que el automóvil seguirá siendo protagonista en la movilidad del futuro, debido a su importancia en la socialización de la movilidad, en el desarrollo económico y el bienestar de la sociedad, aunque la disponibilidad energética y los impactos medioambientales a escala global y local podrían condicionar la movilidad a medio plazo. Además estos expertos destacan que los motores térmicos con «mínimos impactos sobre el medioambiente» seguirán siendo imprescindibles, tanto en el corto como en el medio plazo, para satisfacer las necesidades de movilidad de los ciudadanos.
También apuntan que el avance de los vehículos eléctricos es imparable pero no son la solución a corto plazo. Según el estudio, la electrificación del parque de vehículos es una solución de amplio alcance a medio y largo plazo, pero en el corto plazo presenta retos y barreras importantes que imponen límites a su velocidad de crecimiento (infraestructuras de recarga, baterías…).
Por último, apuntan que los usuarios deberían comprometerse más con el uso energéticamente eficiente de los vehículos, asumiendo un papel corresponsable más activo (conducción eficiente, un adecuado mantenimiento y racionalizando su uso, especialmente en las ciudades).
